La historia de Zaragoza no se reduce a hechos sucedidos en los siglos pasados. También en nuestros días se siguen viviendo momentos históricos que perduran en la memoria de la ciudad y lo seguirán haciendo en el futuro.
Uno de esos momentos es sin duda el gol que marcó Mohamed Alí Amar «NAYIM», jugador titular del Real Zaragoza, en la final de la Recopa de Europa celebrada el día 10 de mayo de 1995 en el estadio del Parque de los Príncipes de París. Su gol supuso la gran victoria frente al Arsenal de Inglaterra y la consecución para la ciudad del ansiado trofeo, que entonces era uno de los títulos continentales más imporantes.
El partido concluyó a los 90 minutos con empate a uno, lo que obligó a que se jugara la prórroga. Estando a punto de finalzar ésta, el marcador seguía inalterado. Todo el mundo pensaba ya en la tanda de penaltis que decidiría el vencedor del torneo. El Zaragoza merecía ganar y no jugarse el partido a la incierta suerte del lanzamiento de penaltis. El tiempo se agotaba pero… faltando menos de un minuto para el final sucedió el milagro.
El centrocampista Nayim, desde el centro del campo, a 40 metros de distancia de la portería contraria, empalmó un balón y éste hizo una larga parábola y finalmente entró al fondo de la red, sorprendiendo a Seaman, el portero del Arsenal, que se encontraba adelantado de su posición. Sin solución de continuidad el árbitro pitó el final del partido. El Zaragoza había logrado la hazaña de conquistar el título más importante de su historia: la Recopa de Europa.
La apoteosis zaragocista fue total, empezando por los 20.000 aficionados que habían viajado a París y siguiendo por los 30.000 que se encontraban siguiendo el encuentro en la Plaza de Toros y en el Pabellón Príncipe Felipe, donde se habían instalado dos pantallas gigantes. Miles personas que habían seguido el partido por televisión en sus casas salieron a la calle eufóricas para festejar la victoria concentrándose en la Plaza de España. El ambiente era indescriptible, como también lo fue el recibimiento a los héroes, a su regreso de París. Toda España se sumó a la celebración.
Ahora sí, os dejamos ya el momento mágico de aquella mítica proeza que queda para el recuerdo de la historia del deporte zaragozano.